Esencia...

Cementerio…, sagrado lugar que se queda con TODO lo que se tuvo, mientras duró…, es lo que fue y no deja de serlo, por tanto no morirá...

Tú que guardas restos y desvaneces, pero te quedas con su esencia, mientras no me olvides…, no moriré.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Viaje, de visita a la muerte…

 

Viaje

Hablaré de un viaje inesperado, tal vez premeditado…, así tuvo que haber sido.

Una distracción continua, profunda, desplegando la mente del alma, era una costumbre vaga, que no había llegado más allá. Entonces era pequeña.

Ahora era más profundo, y de pronto estaba en otro lado, ahora así lo creo, en realidad entonces no tenía memorias, sólo una especie de desesperación de no estar en mi lugar, así sentía, al menos en el lugar de siempre, aunque no sabía si yo tenía un lugar preciso.

Quería salir, me estiraba demasiado, quería alcanzar algo que ni yo sabía qué era, si en realidad era, yo, parte del todo, como supongo que ahora es, pero ahí no estaba en ningún lugar, como un limbo…

Me jalaban, decían que no era el momento, que no podía salir de ahí, de repente escuchaba risas, me preguntaba si ellos sabía qué sucedía, ¿porqué no quieren que salga?, ¡demonios! Tendré qué esforzarme, de pronto salí de ahí, y me encontraba exactamente igual, como el reflejo del otro, ¿mundo? De aquella realidad, que no era mi realidad, no la sentía, no me sentía yo, corría de un lado a otro, no veía mi entorno, sólo corría con tanta precisión entre tantos peligros, que entonces, no lo eran.

De pronto Él, que ni siquiera le distinguía del todo, pero venía un vago recuerdo, me toma y yo lo presiono fuertemente, tanto que no lo lograba sentir; de pronto le mordí fuertemente entre su hombro y cuello, quería saber si era real, y por qué me sentía tan perdida yo, porqué estaba ahí y no sabía qué pasaba… ¿Qué era yo, entonces?, trataba de asimilarlo, ¡¡¡el fuego!!! Sí, yo debía sentirlo, ni aun cerca de mi rostro lograba mi cometido, me alejaron, ¿por qué me impiden? pedía a ellos que me dijeran de mí, si es que tenía una vida, ¡qué era! , ¡Qué demonios hacía ahí!, porqué no me dejan salir, por qué no me dejaron hacerlo, porqué tardaba tanto en asimilarlo, vamos, Mayra, tú puedes, te nombran… vives en… haces… llegaste aquí… estás así por… a él, ¿recuerdas a él?, sí, lo hacía, era un día o una noche cualquiera, como hoy.

Corrí hacia el afuera, que logré percibir; Aire, esto es aire de la noche, lo siento, ya lo puedo sentir, respirar…

Esas luces son de ferias, esos ruidos de ciudad, ellos son mis amigos, ¿Yo pude llegar antes aquí?, sí.

Respira, lo estás logrando.

Todo esto era como morir o algo parecido, no podía haberme perdido tanto y tan real, no podía haber visto todo lo que vi y sentir todo eso que sentí, y que fuese simplemente nada. Creí que era verdad, en verdad.

Estaba regresando ya de aquel, como ya lo había nombrado, viaje, como mi visita a la muerte de este cuerpo, al que no quería impedir dejarlo.

Aunque yo quería continuar, entonces, era necesario prescindir.

Después y ahora de varios días, he dejado el estado de shock después de mi descenso.

Algún día tendré que regresar y justificar a eso que yo llamé viaje a probar la muerte.

A ese viaje, esa verdad, tan obscura.