Esencia...

Cementerio…, sagrado lugar que se queda con TODO lo que se tuvo, mientras duró…, es lo que fue y no deja de serlo, por tanto no morirá...

Tú que guardas restos y desvaneces, pero te quedas con su esencia, mientras no me olvides…, no moriré.

jueves, 29 de abril de 2010

¿Dialogamos?


*Necesito hablar contigo...


+....


*¿Por qué no me contestas?


+No tenemos nada de qué hablar.


*Yo tengo tantas cosas qué decirte.


+Pero yo no las quiero escuchar.


*Si te las digo, podré descansar en paz... dame una oportunidad...


+No, no lo deseo, déjalo así, creo que es lo mejor... yo ya descanso sin querer oirlo de tu boca... Aquí ya lo sé todo de una manera más pura.


*Pero me quedé con tantas cosas qué decirte... todo fue muy rápido...


+Lo sé, tal vez así fue lo mejor... solo quédate con lo que tuviste de mi...


*Pero aún no lo comprendo... no puedo... ha pasado ya tiempo... y no logro dejarte partir... tuve que recurrir a ayuda y aun así no me pueden hacer discernir.


+Lo sé, siempre te observo, y pido a los dioses y fuerzas que te acompañen, mis manos están manchadas de sangre de tanto orar sin esperar, sólo quiero que me dejes para ambos descansar.


*Perdón, te pido perdón por lo que dije y no te pude decir, fui una tonta desperdiciando todo una vida, que se resumió tan cortamente, y mi estancia junto a ti fue más corta que la dicha que tuvieron otros.


+Tal vez se pasó muy pronto mi trayecto allí, pero lo poco que estuve, lo hice con todo lo que resulta la extensión de la palabra, y no te preocupes más nena, que aún las fuerzas naturales te acompañan, y yo no las abandono, mi alma continúa viva, debes saber que en mí no hay inquina alguna, yo estoy perfectamente aquí observando las luces de tu ciudad, como las de las estrellas perdido en alguna de ellas.


*Mansedumbre de lo más pedido en aquella época, y ahora solo digo gracias, porque de ti aprendí tanto sin que me lo enseñaras, y ahora como una paradoja me has dado una paz de la que ahora te has convertido.


+Nena, me tengo que marchar y recuerda la canción que algún día te mostré, esa de la que ahora se ha convertido en tu banda favorita, hay un cielo sobre ti y por favor no llores.


*(Solo se escucha un largo, profundo y poderoso suspiro) Levanto la palma de mi mano extendida…


+Hasta alguna vez… por siempre…



Y no llores, nunca llores, no llores esta noche, nena tal vez algún día, no llores, nunca llores, no llores, esta noche.

(Ahora ya son 5... y pasará todo lo que resta.)



miércoles, 28 de abril de 2010

Perpetuarse sin rozes... y reanudar mi rodada de vagabundo...


Hoy me descubrí algo que siempre ha estado, que ya lo había meditado, que sabía y que como cualquier cosa que irrita se oculta entre las profundidades del ser, para ahogarlo y tratar de vivir sin esa presencia que se sabe como una fobia que se oculta para no transigir, ese del dicho sabía perfectamente a qué se refería, y que todos pasamos por eso para sentir hacia algo algún anhelo y decirlo antes de que sea aislado por su voluntad o causas ajenas a su razón.


Esto es como un postulado sin postularse, unos queremos un algo, el algo quiere al uno, el uno quiere al otro, y el otro no quiere nada.


Y recordar que te hice mío, todo mío, solo en mis sueños y también cuando duermo, y esta frígida realidad me recuerda con una bofetada de objetividad que nunca te he tenido, y afligidamente aceptar que no será, apropiarse de tu soberana existencia sin que tú te percibas de ello solo por un soplo brindado, tendría que tomarlo por un llamado milagro de un Dios que un día decidí abandonar, y que cada cosa reinante se empeña en decirme que éste no me abandona, porque a cada instante le hablo, y no sé quién es que me responde, y resuena en mi mente por cada instante como un taladro sobre el asfalto en mi cabeza. Y le ruego que no te vayas, y tú te empeñas en decir que no importa, y yo en no aceptarlo como un caso omiso y voy contra mí misma, con lo que llevé por toda mi vida y me jure que jamás haría por nadie, porque solo me tengo yo. Porque lo vuelves a hacer y lo vuelvo a aceptar, y yo vuelvo a no tener el suficiente valor, ni para tenerte ni para matarlo.


El propósito de hacer no considerable lo secundario, simplemente porque hace estropicio en mis redes, y manifestarme que el que ejecuta no es el mismo al que me he prendido, sin derecho a censurarlo porque no existe ningún privilegio más que nuestro nexo franco. Dejarte vivirme solo cuando quieras para agrandar tu pobre existencia, y con tu labor has agrandado la aún más jodida mía. Si he dado más de lo que soy, me han dado más de lo que merezco y de lo que doy.


Para no hacer más que morar un estado que tiene más poder que el que yo puedo controlar, persisto como una roca ante el golpe de las olas del mar, porque así lo quiero, sin importarme la erosión ocasionada para darle algún sentido a esto que me rodea, ya saber, preceder y aceptar lo que sé que después vendrá, que no es para siempre, que después se te aproxima algo más y lo aceptarás porque es tu vida y tu pasión, porque eres tú, y darle de lo que me das a mí, como le atribuiste a alguien más, y le halagarás a aquello ajeno que te espera, y yo como cualquier forastero tendré que partir y continuar, y ante a aquel veredicto, como culpable, declaro que acepto mi sentencia.


En mi paño atado, llevo lo que en apariencia se dice un nada, y lo que me diste en palabras desprendidas de donde fueron vertidas hechas para ser tiradas al viento, las atrapo para llevarlas con mi estaca en el lienzo, y lo dejo caer sobre mi hombro para marchar de éste punto.
Ser un vagabundo más, solo un aprendiz de ti y de mi porvenir.


Y no hago más que darle vueltas a todo esto, sin llegar a ningún lado, y paraqué me hago la demente si esto es precisamente lo que deseo.


Solo una bola de signos más sin ningún código formado… porque no se encuentra tal.


Dar un nada... y me enriquece

Que efecto de júbilo se advierte cuando la bendición de un dios de un ser existente y cotidianamente imperceptible, cae sobre mi naturaleza, cuando doy algo que me remunera más de lo que di, lo que no me ha costado absolutamente nada propinar.

Para que siga con su útil e ignorada faena, de alguna manera su intención me hace más falta a mí, si ya tiene su protector, solo queda corresponder por mi parte que tiene menos espíritu, pero se revela de una forma veraz.

martes, 27 de abril de 2010

Ser un rayo, desde mi infierno...


Mis hojas están rotas de tanto querer decir, al igual que mis alas de tanto intentar volar, para estar allí, porque ya no sé si detener el tiempo, o con estas yemas darle cuerda al reloj y tachar los días del calendario al ritmo de una bala cuando se jala el gatillo, y dejar pasar el tiempo absurdamente, simplemente recordando el ayer, malgastando el presente, dibujando tu rostro, imaginando dónde estás, porque es lo único que queda, y éstas líneas mal trazadas, haciendo un inventario de lo que tuve y tengo, y me pregunto ¿Qué hago con este cementerio? Con los restos de un momento inexistente como tal, si éste no tiene fin, se ha detenido y siento seguir viviendo.


Y mi piel se sigue secando, y mis plantas se han gastado de tanto caminar y recorrer tu espacio, el espacio que me rechaza por la insistencia de querer continuar, seguir donde ya no estás, donde no hay más.


Obstinarse en lo cautivante que deja sensación de malestar, como una espina clavada, como el rayo que quema mi piel y me vuelvo a posar ante él, como ahora tú lo haces, querer ser como él, poder quemarte a ti y darte un poco de lo que soy, que de alguna manera sientas mi llama encendida en un universo, donde con la luz de las estrellas, mi imperceptible se pierde.


Un día decidí apagarla para regresar a mi infierno, y poder habitar mi olvido, pero sus llamas te vuelven a encender. Y si residimos en una misma dimensión ¿Por qué tenemos mundos distintos?, ya todo se cierra, bueno para poder salir de la ecuación, y recordarme que todo es tan, pero tan simple, como el niño que llora porque el viento se llevó al cielo su globo, y que todo tiende a ser así, déjame evaporar, que me trague la tierra, que el viento se lleve mis cenizas o el mar me hunda en su enigmática profundidad.


Regresaré para decirte que valió la pena mi odisea… y estar contigo.

sábado, 17 de abril de 2010

Lo mío, lo fiado...



A mis hermanos


El ser humano, generalmente no le hace honor a su denominación, unos tenéis la capacidad de sensibilizar, otros de ser sensibles, otros ni uno ni otro. Y siempre tendremos algo blando, y el qué fingir, lo oculto, lo hipócrita y lo lleno de su verdad con su capacidad de transmutar, porque hay cosas que lo son para siempre aunque no lo duren, y se quedó la percepción, porque hay relaciones que son más fuerte que la erosión del tiempo en ellas, más puras que el amor que se dice tener a un Dios, y más libres que las de un par de amantes, porque no los ata ninguna rúbrica, de haberte odiado alguna vez, y anhelarte muchas más solo por lo que eres.


Porque no sintoniza un mismo vuelo, pero pertenecemos a una misma fracción, se tiene la manía de herir y no queda inquina alguna, lo de mas es lo falso, no hay algún compromiso más que lo que por dentro se ha generado, en el que no se piensa como tal, y no se falla.


¿Porque no hablar de una buena relación?... porque éstas no están presentes pero jamás se han alejado, como si fuesen más que una unión de sangre… porque éstas perduran, porque no buscamos nada, porque no habitamos en una misma extensión, porque no importan.


Los porqués…. Porque simplemente peregrinamos solos y así terminamos, amamos, y sí, nos dejamos atrás, y así debiera ser en todo antes del deterioro, y que quede por última esencia lo que menos valió la pena. Porque lo que literalmente dura para siempre, lo que menos valió.


A ti, porque como tú vendrán muchos más, caminando nos rosamos como pequeñas bolas de energía que se aparecen y al dar clic, se esfumaron, y pudimos ser mucho más. Me queda seguir y no buscar, porque el todo ya lo tuve frente a mí y en mis manos, y aquí se ha quedado.


Porque son y solo son, eternos.



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Al ciego de cesar que perdió los lentes por mi culpa... (espero alcances a distinguir)


A mi hermana gemelísima de otra dimensión distinta a esta Bricho, Guada, Chantilly, Luis, Angel, corazonas y corazones.... ja*

a Marisuela y por supuesto a mi Bruja Pita...

(Y)

El lápiz bajó del vuelo a un par de brujas...


Las minas no plasman lo universal...

martes, 13 de abril de 2010


Si tan sólo regresara Orfeo, no aclamo su ayuda divina, aclamo tranquilidad a el alma perdida, todo lo que pudo lograr con su poesía, su arte, lo que estas lograron en mí, y viajando como si fuesen sueños, como Él, todo lo que os mueve se define en una sola palabra, y como una ironía esta no puede ser definida, y solo nos imaginamos el contrario.



De sentirse la mujer por la cual ha bajado al inframundo, hubiera sido mejor quedarse ahí, o morir junto a ella en el intento.



lunes, 5 de abril de 2010

Soledad mas acompañada que nunca...


Solo, y nada más, caminaba solo, pisando el suelo húmedo del llorar de su bóveda que aún lo acompaña y que no lo deja, que él lo olvida, y que todo el tiempo le observa y él se esconde bajo mezclas duras. Tratando de no existir y de no vivir, de no querer hacerlo para no sentir, solo, quería perderse en el olvido, perdido entre ideas e imágenes gastadas que no existieron, creadas con el humo de su cigarrillo, formando compañía a quien acaricia, hace el amor y como siempre se vuelve a desvanecer.


Otra desilusión más, otra de tantas, cuales busca por las noches para seguir, todo fue como cualquier tren de paso que dejó su esencia, y se fue...
Aún se ve, desde aquí, desde la ventana, se vuelve a observar, habla solo, con sus letras, explicaciones infundadas tocando lo imperdible perdido en sus recuerdos. Sirve un par de copas, siente el sabor del vino pareciera viejo, quieto apaga sus ojos.


Y la besa toda, lento, con delicadeza, luego bailan una pieza, una sola y la respiración se va, pero no la suelta, toman suavemente la copa que contiene aquel vino tinto, su color, como la sangre, el deseo del ser temido, describiendo su propio deseo, su encanto, con el juego de sus miradas, y aún no se escuchan sus voces decirse cosa alguna, cuando ya se han dicho todo. TODO...


Entra el juego de los sentidos, el olor como locura, no dejarlo ir, nada, percibirlo todo, completo, todo para él, él solo y de nadie más, su sabor, ese sabor, único, descubriendo cada vez más.


Todo desde aquella obscura habitación y su lámpara amarillenta, que lo observan y les queda el suspenso, el sofá es testigo, su típico testigo que calla. Aún puedo percibir su energía que está en su clímax, en su punto que aún hay más, la acaricia, desliza y deja sobre aquel viejo sofá, y pasa en él, pasa todo lo que dejó que pasara, y la deja pasar, ahora sus parpados no aguantan más y el silencio se apoderó, el ambiente aún es cálido en aquella obscuridad, y la sangre lo ha mareado.


Vuelve la tranquilidad, el silencio y una pequeña ola del viento es lo que ahora ha reinado, cuando entra aquel rayo sigiloso y ladrón de sueños, sus ojos que aún no alcanzan a distinguir bien, aun lado y sobre la alfombra, una copa pareciera posando con su toque, derramando aquel encantador vino. ¿Y la otra? Y ahora recuerda, y ahora espera quien la vacíe.


Vuelve a asesinar sus noches, vuelve en su dimensión, frío, ahora está frío.