Esencia...

Cementerio…, sagrado lugar que se queda con TODO lo que se tuvo, mientras duró…, es lo que fue y no deja de serlo, por tanto no morirá...

Tú que guardas restos y desvaneces, pero te quedas con su esencia, mientras no me olvides…, no moriré.

miércoles, 28 de abril de 2010

Perpetuarse sin rozes... y reanudar mi rodada de vagabundo...


Hoy me descubrí algo que siempre ha estado, que ya lo había meditado, que sabía y que como cualquier cosa que irrita se oculta entre las profundidades del ser, para ahogarlo y tratar de vivir sin esa presencia que se sabe como una fobia que se oculta para no transigir, ese del dicho sabía perfectamente a qué se refería, y que todos pasamos por eso para sentir hacia algo algún anhelo y decirlo antes de que sea aislado por su voluntad o causas ajenas a su razón.


Esto es como un postulado sin postularse, unos queremos un algo, el algo quiere al uno, el uno quiere al otro, y el otro no quiere nada.


Y recordar que te hice mío, todo mío, solo en mis sueños y también cuando duermo, y esta frígida realidad me recuerda con una bofetada de objetividad que nunca te he tenido, y afligidamente aceptar que no será, apropiarse de tu soberana existencia sin que tú te percibas de ello solo por un soplo brindado, tendría que tomarlo por un llamado milagro de un Dios que un día decidí abandonar, y que cada cosa reinante se empeña en decirme que éste no me abandona, porque a cada instante le hablo, y no sé quién es que me responde, y resuena en mi mente por cada instante como un taladro sobre el asfalto en mi cabeza. Y le ruego que no te vayas, y tú te empeñas en decir que no importa, y yo en no aceptarlo como un caso omiso y voy contra mí misma, con lo que llevé por toda mi vida y me jure que jamás haría por nadie, porque solo me tengo yo. Porque lo vuelves a hacer y lo vuelvo a aceptar, y yo vuelvo a no tener el suficiente valor, ni para tenerte ni para matarlo.


El propósito de hacer no considerable lo secundario, simplemente porque hace estropicio en mis redes, y manifestarme que el que ejecuta no es el mismo al que me he prendido, sin derecho a censurarlo porque no existe ningún privilegio más que nuestro nexo franco. Dejarte vivirme solo cuando quieras para agrandar tu pobre existencia, y con tu labor has agrandado la aún más jodida mía. Si he dado más de lo que soy, me han dado más de lo que merezco y de lo que doy.


Para no hacer más que morar un estado que tiene más poder que el que yo puedo controlar, persisto como una roca ante el golpe de las olas del mar, porque así lo quiero, sin importarme la erosión ocasionada para darle algún sentido a esto que me rodea, ya saber, preceder y aceptar lo que sé que después vendrá, que no es para siempre, que después se te aproxima algo más y lo aceptarás porque es tu vida y tu pasión, porque eres tú, y darle de lo que me das a mí, como le atribuiste a alguien más, y le halagarás a aquello ajeno que te espera, y yo como cualquier forastero tendré que partir y continuar, y ante a aquel veredicto, como culpable, declaro que acepto mi sentencia.


En mi paño atado, llevo lo que en apariencia se dice un nada, y lo que me diste en palabras desprendidas de donde fueron vertidas hechas para ser tiradas al viento, las atrapo para llevarlas con mi estaca en el lienzo, y lo dejo caer sobre mi hombro para marchar de éste punto.
Ser un vagabundo más, solo un aprendiz de ti y de mi porvenir.


Y no hago más que darle vueltas a todo esto, sin llegar a ningún lado, y paraqué me hago la demente si esto es precisamente lo que deseo.


Solo una bola de signos más sin ningún código formado… porque no se encuentra tal.


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