Que efecto de júbilo se advierte cuando la bendición de un dios de un ser existente y cotidianamente imperceptible, cae sobre mi naturaleza, cuando doy algo que me remunera más de lo que di, lo que no me ha costado absolutamente nada propinar.
Para que siga con su útil e ignorada faena, de alguna manera su intención me hace más falta a mí, si ya tiene su protector, solo queda corresponder por mi parte que tiene menos espíritu, pero se revela de una forma veraz.
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