¿Recuerdas lo de antes?, mientras reposo lo que hiciste y has dejado de mí, hago reproches a mi memoria, y le pregunto a ésta desequilibrada, porqué si confiaba en su fatídica misión, ahora le da por tener mención, no quiero volver a elegir entre ella y la flaqueza del olvido, una esperanza inútil.
Gris es el abismo donde vas, mientras mis pasos me conducen al averno, toco tu beso en mi piel y apago mis ojos mientras tú me jalas contigo y sin ti, corazón sombrío, ya no más, hice mi sentencia y el resultado no disponía de vuestra unión, ya no más, un día de estos lo he de lograr, careces de color y yo no tengo más que un desgastado carboncillo, te cansaste de mis tristes líneas fantasiosas.
No volveré a creer, no de nuevo, mi sustancia no me permitió ser a mí, doblegándose en tu poderío, no controlo la cólera de que pasó frente a mis manos y no lo detuve. Ahora mis dedos tocan el líquido color carmín que brota del suplicio, y no te volveré a encontrar, a ti, si, ese que fuiste en un arrebatado y accidental instante, luego ver por la ventanilla alargar una distancia y el impacto de tus caderas en sentido contrario. En mente solo dejarte atrás, que nunca te vi, nunca te tuve.
Luego de verte hoy, sobre aquel pasaje entre tanta muchedumbre, me quise detener, una culpa, el orgullo, mi deseo y falta de valor, algo se interpuso y me fui entre la corriente, cincuenta palabras mencionadas llegaron a tu hastío y hoy tengo un juego con solo dos, no te las marco, ya no después de tanto exponer, solo la confusión, solo tu respuesta bastará para el rumbo de lo perdido. Todo fue por ti, no lo ves, y peor yo nunca te vi hacerlo. Y aunque lo prometiste, ya no te creo, ya no.
Todo por el desliz de la memoria, el fallo se su saber fallar, si todo estaba en dirección.
Como la paradoja, eres.
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