Porque nada es para siempre… y todo se transforma, permanece en el historial de una vieja alma cada vez más vieja, el tiempo es relativo con la presencia, y las presencias huyen de mis manos, fueron mías solo mías, todo tranquilo, ya no se escucha el viento latir, ni a lo lejos ni a la vuelta de mi refugio.
Todo en paz, la gotera hace su misión, y el hueco profunda a la caída de cada gota que se tira al vacío, gotas suicidas, dan espacio a más recuerdos, más dichas, mas calor.
Substancias que se aguardan en el almacén, y éste las aguarda con tanta ventura, entren todas y cada una son bienvenidas a esta rueda que gira y gira, adversas y gratas, suban y suban…
Esto es el comienzo, es el principio sin fin…
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